La cifra es alarmante solo aquí en Chiclayo, el 8.3% de la población de entre 6 a 17 años, estudia y trabaja; el 7.4% sólo trabaja; el 76.8% sólo estudia mientras que el 7.5% ni estudia ni trabaja. Las consecuencias son claras: se da la repetición, el atraso y la deserción escolar, de este modo sólo uno de cada 4 niños que trabaja termina la escuela
Resulta un poco imposible que en pleno siglo XXI, persista la pobreza y más aún se hable de una extrema pobreza, y a la que casi nadie hace algo para superarla, o que hasta ahora los que han intentado no lo hayan logrado, y que por el contrario se ha convertido en una situación que muchos no ven o que nadie quiere ver, pero que sigue presente, y creciendo desmedidamente, cada día es mayor el número de niños trabajan en la calle que pasan la mayor parte de sus vidas en las calles vendiendo sus caramelos, limpiando autos o parabrisas, para complementar los ingresos de sus familias.
OPINA EL PSICÓLOGO ALBERTO ARBULÚ AL REPECTO:
Lo que empezó en la esquina de Salaverry y Banco de la Nación. Hoy se observa en las principales avenidas de nuestra ciudad, como ha ido aumentando el porcentaje de niños que trabajan. Es lamentable ver a seres humanos en escasa edad de 6, 7, 8 años ya realizando labores y exponiendo sus vidas al Tráfico o imprudencia de algunos choferes que no los respetan. Los niños que laboran no tienen las mismas oportunidades para desarrollarse como aquellos que no trabajan. “La mayoría de los menores que trabajan no tienen acceso a la educación y salud, si lo hacen no poseen fuerzas para estudiar”
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